Nadie vendrá a rescatarnos: una de náufragos como nunca antes has visto
Imagina que un día te dan una noticia fatídica sobre tu estado de salud y que decides poner tierra de por medio…
Ahora imagina que, en tu huida, te arrepientes de haberlo hecho pero ya no hay marcha atrás.
Por último, imagina que acabas varado en una isla desierta y no tienes ni idea de cómo volver a la civilización.
Y además, claro, ni estás solo allí ni puedes confiar demasiado en tu percepción…
Esa es, muy por encima, la línea argumental de Nadie vendrá a rescatarnos, mi quinta novela autopublicada tras Lo que define a una llama, Dögunljósey, La naturaleza del escorpión y Demócrata por conveniencia; y también la historia con la que participo en el Premio literario Amazon 2019.
El libro se encuentra a la venta desde hoy mismo en la página de la plataforma, pero, más allá de todos estos datos preliminares, ¿qué es Nadie vendrá a rescatarnos?
Mejor será que haga como hice en su momento con Demócrata por conveniencia y os diga primero lo que NO es:
- Nadie vendrá a rescatarnos no es una historia con un genero definido: quienes conozcáis mi trayectoria, ya sabréis que no me caso con ninguno en particular y que tiendo a cambiar radicalmente de tercio en cada libro. Esta novela no es la excepción, y aunque predomina la intriga psicológica, también hay romance, terror, supervivencia, aventura y drama contemporáneo, todo bien agitado, pero no revuelto, y con algunas sorpresas de por medio que ni os imagináis.
- Nadie vendrá a rescatarnos no es una historia con muchos personajes atrapados en una red de complejas relaciones: al contrario, la novela, salvo por un par de excepciones puntuales, solo cuenta con dos personajes y una localización, lo que además de convertirla en una trama bastante minimal, ha supuesto todo un desafío a la hora de escribirla. Eso sí, la relación existente entre la pareja no tendrá nada que envidiar en complejidad a la de otras tramas mucho más corales, y de hecho, es el meollo de toda la cuestión…
- Nadie vendrá a rescatarnos no es una tampoco una novela de las que sigan a rajatabla una formula mil veces vista o le dé todo bien mascadito al lector: es decir, si esperáis encontraros con un relato sin personalidad propia, donde la sumisión a las convenciones narrativas prime sobre la voluntad de contar algo diferente desde un punto de vista novedoso, o la literalidad de los acontecimientos no deje espacio para el misterio, este no es vuestro libro.
Pero entonces, ¿qué es Nadie vendrá a rescatarnos? Pues muy sencillo:
- Nadie vendrá a rescatarnos es una historia de náufragos atrapados en una isla desierta muy, muy diferente a las historias de náufragos al uso: quizás penséis que exagero, pero cuando conozcáis las particularidades de sus dos personajes protagonistas y profundicéis en la relación tan sui géneris que se establece entre ambos, veréis que, para bien o para mal, las cosas son exactamente como os digo. Y ya no os cuento nada cuando os estéis acercando al final de la historia y os deis cuenta de que hay muchas más maneras de naufragar que las obvias. Porque…
- Nadie vendrá a rescatarnos es también otro tipo de historia, aunque lo disimule muy bien: una historia de amor, pérdida y redención, con un trasfondo y un significado mucho más profundo que lo que pueda en principio parecer, donde como bien tendrán que aprender sus dos personajes principales, resulta muy difícil saber a ciencia cierta qué es real y qué no.
- Por último, Nadie vendrá a rescatarnos es también, según señala mi querida amiga Eva de La Reina Lectora en el prólogo (¡sí, sí, lo ha escrito ella!) «una de las obras psicológicamente más disruptivas de cuantas se presentan al Premio Literario Amazon 2019». ¿Que por qué? Bueno, me temo que responder a esa pregunta destriparía demasiadas claves sobre la novela, pero ya veréis cuando le echéis un ojo al libro que Eva tampoco exagera. El prólogo, por cierto, podéis leerlo yendo aquí y clicando en «Echa un vistazo», justo encima de la portada.
Dicho todo esto, solo me queda agradecer de corazón a Eva, y al resto de los colaboradores con los que he tenido el placer de contar para esta nueva aventura (el talentoso diseñador serbio Dimitar Stanchev [portada], la no menos audaz maquetadora Alexia Jorques [diseño interior del libro], y el corrector J. Fabuel) por su magnífico trabajo y por su enorme paciencia.
¡Ah! Y también a todos mis lectores, beta o no beta, por estar siempre al otro lado pasando las páginas de mis historias.
Nada más por hoy. Espero de verdad que tanto esfuerzo no caiga en saco roto y que al menos disfrutéis tanto del libro como yo de haber podido por fin quitármelo de encima
¡Todo vuestro ahora!
Ya me contaréis qué os ha parecido.
Y como siempre, ¡id por la sombra!